Cocinando

Llegue a la cocina del castillo con Ala
Nocturna, lo solté y empece a revolver todos los estantes que había en esa cocina de 200 metros cuadrados. - ¡Come esto! - le dije dándole algo de la gran montaña de comida que había amontonado en la mesa gigante que había en el centro de la cocina. - ¿O prefieres esto? - dije dándole otra cosa - ¿O tal vez deba cocinar algo? - pensé en voz alta. - Ahh!! ¿Que hago? - Esa cocina realmente estaba repleta de comida. Había todo tipo de comida e ingredientes existentes. - ¡Tu dime que quieres comer! - le grite a Ala Nocturna desesperada al no saber que hacer.

Saqé toda la comida que estaba tapando mi vicion y respondí -Emmm... Haburguesa??...- dije indesiso aunque eso era lo que queria y dije de nuevo -Mejor hamburguesaSSS-

Le puse un polvo blanco que aparentaba ser sal a las hamburguesas que todavía tenían escarcha de hielo y las puse en la sarten al fuego. Cuando el hielo se empezó a derretir se produjo una pequeña explosión. - Creo que eso era bicarbonato, no sal. El bicarbonato explota al contacto del agua. -.- - dije desilusionada porque mi intento de cocinar no funcionara. - Bueno, que mas da - dije, estire una mano, de ella salieron una especie de burbujas brillantes que de apoco se fueron transformando en una montañita de 50 hamburguesas. - De acuerdo, come - le dije señalando las hamburguesas.

Con los ojos iluminados dije -Esto es el paraiso- y comenzé a comer a gran velocidad [comia mas rápido que romina XD] y en menos de 20 minutos las 50 haburguesas estaba en mi estómago.

- Ahora, ¿quieres una casa nueva casa? ¿O nueva ropa? ¿O ir a nadar? ¿O...? - no tenia idea de que hacer, nunca había tratado con alguien mas que con mi hermana, una diosa muy poderosa y completamente auto suficiente. - Ok, mejor tu dime que quieres -

-Yo quiero... emm quiero.... emm... no quiero nada...- dije muy indesiso, ya que talvez cuando le pida lago no me lo haga realidad. -Por ahora no necesito ni ropa, ni una casa y ¿¿nadar??...-.

- Claro que si necesitas una casa, en este castillo no puedes vivir - dije agarrándolo esta vez agarrandolo del cuello de la camisa para no seguirle lastimando el brazo y lo volví a arrastrar.