A la biblioteca con Kaome!!

-razones de la metafisica de las mentes supervaloradas - conteste suavemente sin apartar la vista del libro
-no te importa lo que piense, no voy a negarlo ni confirmarlo, tu pudes pensar lo que quieras- comente indiferente.
no era completamente cierto, ya no dudaba que fueran diosas.

Suspire frustrada
- Te caigo bien? - Pregunte torciendo la cabeza - Tu me agradas y mucho ^^ - agregue sonriente
Era la verdad, cada minuto que pasaba aquella demonio me caia mejor

-de donde salio eso? - pregunte, alznado la vista durante un segundo para lugo seguir leyendo.
si algo les agadecia de verdad a esa diosas era la capcidad de concentrarme en mas de un cosa a la vez.
mientra leia, pense la pregunta de Akane... ella me agradaba? si... me caia bien? si... la respetaba? no, aun.
-si, me caes bien - dije con un suspiro, sin alejar la mirada del libro.

Rei
- Genial! - exclama emocionada - Rayos que aburrida que estoy! A... necesito algo para leer... algo para hacer...
Si algo era clasico de mi era aburrirme extremadamente rapido, en estos momentos estaba mas que super aburrida
- Kaome... recuerdas lo del libro?

-por supuesto - conteste imperturbable - donde esta?
ese detalle era importante... no podia proteger nada que no supiera donde estaba...

- Antes, debes jurar que no lo leeras y que no dejaras que nadie lo lea, es mas... solo Misaki, tu y yo hemos de saber siquiera que existe, entendido? - queria dejar aquellos puntos en claro antes de mostrarle el libro - Juralo.
La mire seria, esto era importante

- Y si rompes el juramento moriras - dije con una alegre sonrisa.
- Este libro es muy peligroso, proporciona demasiado conocimiento como para que alguien normal pueda soportarlo - agregué.

me parecia bien por dos motivos... 1- porque era mas facil proteger algo si nadie lo sabia y 2- era la primera muestra de prudencia que esbozaban ese par.
-muy bien... juro que no leere el libro, jure que no le dire a nadie y juro que no permitire que nadie lo toque...- creo que eso lo cubria todo, pero ante la duda pregunte - ¿esta bien asi o me falto algo?

Tome ambas manos de Kaome y cerre los ojos
-Este es el juramento de las diosas. Con tu pleno consentimiento, yo Akatsuki Akane, te prohibo leer o siquiera comentarle a cualquier ser pensante en este mundo sobre el libro de las diosas.
Alrededor de nuestras manos entrelazadas surguio una aureola de luz, que se extendio bañandonos de luz a ambas

mire nuestras manos tomadas
si no estubiera tan sorprendida le gritaria a Akane por hacer que tirara el libro...
me mantube impasible hasta que me solto...
-interesante... ¿algo mas? ¿ya puedo saber donde esta el dichosos libro? - pregunte luego de que se acabaran las luces y de haber recogido el libro

Sonrei
- Esta bien... debo agregar un pequeño detalle, si rompes la promesa... te volveras una pecadora - agregue sonriente - tenemos muy pocas reglas, pero no te va a gustar saber lo que pasa si las rompes... - agregue seria
- Bueno! - dije volviendo a sonreir - Querida Misa, Kaome, vamos?

- Vamos - dije alegremente.

Tome a Kaokme de una mano y le indique a Misa que la tomara de la otra
- De verdad, si no quieres hacerlo podes volver atras, pero una vez q veas el libro ya no tienes escapatoria ^^ Estas segura? - le pregunte a Kaome

Tome la mano de Kaome mientras Akane esperaba su respuesta.

¿quien se creian que era? no pensaba echarme atras solo por eso...
-por supuesto que estoy segura - respondi con firmezaa aunque algo incomoda por el contacto con las diosas
-en fin... vamos...a donde sea - dije ansiosa de que me soltaran de una vez

Akane y yo arrastramos a Kaome al mismo tiempo hacia la sala donde se ubicaba el libro.

¿acaso aqui todas tenian como diversion arrastrarme de un lado a otro?
estaba mas que un poco molesta mientras era arrastrada por el par de locas diosas a las que supuestamente debera rendirles pleistesia... pero ni modo...
me prometi que la proxima vez que entrara a la increible biblioteca buscaria un mapa del lugar y me lo memorisaria... porque esto de seguir gente era... enfermizo...
ya sin ganas de nada me deje arrastrar